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Camarón: el señor del tiempo

26 noviembre, 2010 — by José Antonio Redondo Martín0

El sueño va sobre el tiempo Flotando como un velero Nadie puede abrir semillas En el corazón del sueño

Hoy voy a hablar de uno de los discos que más me han gustado. Vuelve a la memoria a raíz de que me llama el otro día Edu Vilas para ir a cenar uno de estos días con Montero Glez, el autor de Pistola y Cuchillo, una novela sobre el cantaor Camarón de la Isla.

En 1979 este cantante alumbra un milagro en forma de álbum, acompañado de varios músicos excepcionales: Tomatito, Raimundo Amador, Jorge Pardo, el percusionista bahiano Rubem Dantas, el cubano Tito Duarte y la banda de rock progresivo Alameda. El duende flamenco se desbordaba de aquel vinilo negro, también se desbordaba desde aquellas formas innovadoras de interpretarlo más ligadas a los recursos de la música popular de la época, del Jazz Fussion y de otras muchas influencias a las que quiso abrirse.

Abría el álbum el tema que da nombre al disco: La leyenda del tiempo. Una apertura genial, luminosa y anunciadora de la poesía, el ritmo y el especial color tímbrico del disco y de esa voz generosa y un poco rota, capaz de llenarlo todo pero que a la vez hacía sentir la sensación de asistir a una exposición única, verdadera e íntima del artista.

Era a García Lorca al que versionaba gracias a Ricardo Pachón, productor y alma mater del disco. Hoy la letra de la canción creo que es más conocida que el poema que le da origen:

El sueño va sobre el tiempo flotando como un velero. Nadie puede abrir semillas en el corazón del sueño. ¡Ay, cómo canta el alba, cómo canta! ¡Qué témpanos de hielo azul levanta! El tiempo va sobre el sueño hundido hasta los cabellos. Ayer y mañana comen oscuras flores de duelo. ¡Ay, cómo canta la noche, cómo canta! ¡Qué espesura de anémonas levanta! Sobre la misma columna, abrazados sueño y tiempo, cruza el gemido del niño, la lengua rota del viejo. ¡Ay, cómo canta el alba, cómo canta! ¡Qué espesura de anémonas levanta! Y si el sueño finge muros en la llanura del tiempo, el tiempo le hace creer que nace en aquel momento. ¡Ay, cómo canta la noche, cómo canta! ¡Qué témpanos de hielo azul levanta!

De los diez temas del álbum, cinco cuentan con letras provenientes de poemas de Federico, además incluye otro importante poeta, Omar Khayyam, en su Viejo Mundo: «El vasto mundo: un grano de polvo en el espacio. La vana ciencia de los hombres: palabras. Los pueblos, las bestias y las flores de los siete climas: sombras. El fruto de tu continua meditación: nada.» La idea original de utilizar fragmentos de Federico fue de Kiko Veneno, conocido por versionar el poema de Omar en este álbum, pero sobre todo por la canción más popular en todos los sentidos de éste álbum: Volando Voy, una rumba.

Este tema fue extremadamente conocido, no tanto el disco en sí, que tuvo unas ventas muy discretas, y que había supuesto un giro descomunal, entonces poco entendido, en la carrera de Camarón, hasta entonces un reputadísimo cantaor del flamenco «ortodoxo». Ha sido con los años, con el tiempo, que da título al álbum y que es la sustancia poética de la música, que se ha logrado intuir la importancia y trascendencia de lo que se hizo. El tándem que constituyó con Tomatito a partir de entonces fue uno de los más fructíferos y admirados. Camarón alcanzaba la cumbre de reconocimiento a finales de los 80, en 1987 se produce su mítica actuación en París. En 1989 graba Soy gitano, el disco más vendido de la historia del flamenco, fue su penúltimo disco; en 1992 cuando grababa Potro de rabia y miel le diagnosticaban un cáncer de pulmón, que segaba la vida y la voz del cantaor cuando éste tenía sólo 41 años. En la portada de la Leyenda le veíamos de perfil con un cigarro, una costumbre que pagó demasiado cara. Este disco tan poco frecuentado por el público se había convertido ya entonces en uno de los discos más influyentes de las últimas décadas y la vida y obra del Camarón en un asunto de gran interés para otros artistas. En 2005 Jaime Chávarri dirigía la película Camarón que encarnaba Oscar Jaenada. De este año data la edición remasterizada de la Leyenda. El pasado año se celebraba el 30 aniversario de la grabación de este disco, lo que dio origen a diversos homenajes. Y a algunos reportajes como éste: Desde la distancia del tiempo Camarón y este disco me recuerdan un párrafo curioso de una reseña que escribió Villoro a cuento de un libro de WB Yeats:

«Múltiple y esquivo, Yeats convierte lo inefable en un prodigio compartido. En uno de sus más célebres poemas, “El zancudo”, compara a Miguel Ángel con un mosquito que posa sus largas patas en la superficie del agua. El pintor frota los muros de la Sixtina mientras “su mente se mueve en el silencio” como un insecto en el agua, toca la corriente, el tiempo que fluye por debajo, sin someterse a ella. Resiste, con frágil fortaleza. La imagen describe el tenue prodigio que William Butler Yeats encontró en las sagas celtas, un viento atravesado de magias y sensatas razones, un modo de transformar el misterio en maestría. Los duendes, en efecto, son lógicos.»

Dicho esto y pensando que había que recuperar de nuevo la memoria de Camarón, nuestra particular magdalena proustiana para algunos que vivimos la música «ochentera» y que gustamos del flamenco y el Jazz os dejo la invitación para lo del Montero, con el que comparto algunos varios intereses musicales, como Chet Baker:

Invitación a la presentación de Pistola y Cuchillo en Hotel Kafka

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