Conocí a Manuel hace siete años, en la reunión fundacional de Hotel Kafka. Era entonces editor de Debate, sello del grupo Random House Mondadori, acababa de publicar un libro genial de Rafael Reig, el Manual de literatura para caníbales. Ejemplo pluscuamperfecto de literatura postmoderna y de ese género centauro que es el ensayo, con una perfecta mezcla en su coctelera de novela, historia de la literatura, manual didáctico y ejercicio crítico.
Hoy se pregunta Eduardo dónde se ha escondido siendo tan grande http://www.hotelkafka.com/content/fallece-manuel-fernandez-cuesta . Lo era sin duda por envergadura y por sus enormes conocimientos sobre libros, sobre escritores, sobre política, sobre actualidad. Mitad periodista, mitad editor, e incluso mitad político era un auténtico motor que hacía que todos los que nos encontrábamos a su alrededor buscáramos algo más por hacer.
En una de esas decidió que publicaría mi libro sobre redes sociales, que a la postre se llamó Socialnets. Seguramente no habría llegado a buen puerto sin sus consejos, y sin su insistencia. Luego lo apoyó enormemente. Un buen día lo presentó en compañía de Ignacio Escolar y José Antonio Gallego. En esta foto andamos los tres (José Antonio, mi tocayo se uniría poco después a nosotros). Con el tiempo Manuel se convertiría en un peculiar tuitero, con el que se podía charlar sobre Bach o sobre Robespierre o del que se podían leer fascinantes artículos sobre nuestra historia política más reciente.
La editorial en que publicó mi libro se llamaba Península y pertenecía a Grup62. Se había incorporado ahí en septiembre de 2007 como director editorial. Por aquella época se fundaba Público y yo mismo me convertía en director de otra empresa editorial, Cursoforum, especializada en contenidos para formación permanente.
Manuel era grande también por dentro y ahí cabía tanto el articulista cuyos últimos textos vimos en eldiario.es http://www.eldiario.es/autores/manuel_fernandez-cuesta/ como aquella María Toledano que desde la perspectiva de la edad publicaba artículos en Rebelión http://www.rebelion.org/autores.php?id=15 su lado rojo más italianizado, escéptico, republicano y crítico. Decía y dice la biografía de este alter-ego femenino que fue redactora-jefe de Mundo Obrero. Como recuerda hoy Pascual Serrano ese fue uno de los muchos papeles que desempeñó Fernández Cuesta http://www.eldiario.es/zonacritica/Manuel-Fernandez-Cuesta-editor-camarada-amigo_6_152294780.html .
Traté de llamarle la pasada semana, su buzón estaba lleno, traté otra vez y lo mismo. La última vez que nos saludamos fue en el primer lugar donde nos vimos. Hoy me llamaba Eduardo y me contagiaba su congoja. La primera noticia que vi me había convertido involuntariamente en el autor de casi todo su epitafio, por una carambola del social media: yo había creado casi todo el texto de su biografía de Wikipedia, ahora trasladada por uno de los medios especializados en cultura. Ahí no se dicen las cosas más cotidianas como que todos le conocíamos como “el comandante”, como recuerda este emotivo post de Rafael Reig.
Tanto Juan Cruz como Fernando Olmeda hablan hoy en sendos artículos de su muy reciente despido de Península, un sello ya totalmente integrado en la órbita de Planeta. Parece que se le llevó un infarto esta mañana o quizá ayer por la noche. En esa enorme persona había algo que le hacía tener muchos amigos, un corazón también bastante grande. Hoy el mundo de las letras, el mundo del periodismo ha perdido a alguien importante. Su corazón era grande pero no tan fuerte como para seguir latiendo algo más. Tenía 50 años. Todos le queríamos.
2 comments
Angelina Girón Galván
11 julio, 2013 at 1:10 pm
No conocía a Manuel, tu editor, pero por lo que cuentas en tu artículo me hubiera gustado conocerle.
Es difícil, en estos momentos que estamos pasando en nuestro país, perder a personas tan válidas y tan jóvenes , que les quedaría, aun, mucho por hacer.
Imagino, además, que un escritor y su editor deben de crear entre ellos muchos vínculos de todo tipo, y afectivos por supuesto.
Lo lamento de veras y te envío un abrazo.
Juan Manuel Toledano
30 julio, 2013 at 10:09 am
Conocí a Manuel hace un año. Desde Hotel Kafka me fue asignado como tutor de un proyecto de edición. Pese a coincidir con él en pocas ocasiones, y por muchas razones, aparte de la coincidencia de mi apellido con su el de su alter ego, sentía por él una especial cercanía y afecto.
Nos ha dejado un hombre grande.
Me enteré ayer por la prensa.
Tenía 50 años. Todos le queríamos.